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Zona Literálika · BLOG

La escritura, una herramienta para vivir

Por Ángeles Favela Hay momentos en los que el miedo se apoderan de mi yo más racional. Al inicio de la cuarentena el temor de la convivencia 24/7 prendió mi radar catastrófico. De un día para otro cinco personas debíamos cohabitar en un hogar-oficina-escuela-gimnasio. El reto...

Por Ángeles Favela

La sombra de una pandemia global salió a la luz a finales del 2019. Para Latinoamérica resultaba lejano, el primer caso confirmado de Covid-19 se perdió entre las campanadas del 31 de diciembre de Wuhan, China, a miles de kilómetros de aquí. ¡Cuánto tiempo ya! En la circunstancia de confinamiento en la que continuamos viviendo, la escritura puede ser una compañera invaluable. A través de ella podemos expresar y lidiar con pensamientos, preocupaciones, miedos y esperanzas. Es, además, una de las mejores formas de acompañarnos a nosotros mismos. Dedicar unos minutos al día a esta actividad, nos ayudará a bajar, poco a poco, el nivel de ansiedad a la que ahora mismo todos estamos expuestos. Una de las frases que escuchamos con más frecuencia entre los participantes de nuestras actividades es: “Quiero escribir, pero no se me ocurre nada”, si es ese tu caso, te compartimos algunas ideas que podrías desarrollar con el único propósito de sumergirte en esta actividad. ¿Cómo empezar?: Con la certeza de que tus escritos son tuyos. Di no al miedo, nadie lo leerá si tú no lo permites. Siéntete en libertad con tu propio pensamiento ya que con o sin destinatario, la escritura te regalará incontables beneficios. Manos a la obra: elige una libreta y una pluma, que puedas utilizar únicamente como cuaderno o diario de escritura. Busca un lugar cómodo, un poco de silencio, una pluma que fluya de manera suave sobre un buen papel, quizá un vaso de agua o tu bebida favorita, un poco de música a un volumen bajo ¡y listo!

Por: Lorena Morales En su célebre libro “Un cuarto propio”, Virgina Woolf afirma que "una mujer debe tener dinero y un cuarto propio si desea escribir ficción". Dentro de todas las implicaciones de esta frase [1], la parte que deseo rescatar y subrayar es la necesidad de...

Por Lucy Garza de Llaguno (Periódico El Horizonte, sábado 15 de septiembre de 2018, Monterrey N.L.) "Nos unimos al dolor de lo que nunca debiera suceder", Ángeles Favela, desde Fundación El Mundo Escribe. Un aspecto negativo en la vida de muchos estudiantes es la enorme presión que...

Por Ángeles Favela

Desde 2011 a la fecha, a manera de investigación personal, me he animado a preguntar a cientos de personas cuales son, en caso de tenerlos, sus tres sueños o anhelos secretos. Hay cosas o actividades que siempre soñamos llevar a cabo y que, por alguna razón, que desemboca en el miedo, se quedan guardadas en el cajón.

Al principio, mi sorpresa al ver que las respuestas coincidían básicamente en tres sueños, me obligaba a preguntar cada vez con más frecuencia. Pero luego tuve la certeza de que debía hacer algo al respecto. Entre los sueños secretos de casi todos existe el de escribir un libro, una historia, una vivencia. La respuesta que desde años atrás sigo escuchando, es: escribir. En el fondo sabemos que hemos o estamos viviendo algo digno de ser contado. Quizá el dolor o la emoción de plenitud supera al plano y suelo en el que nos encontramos parados, que requerimos convertirlo en palabras y plasmarlo en un papel, primero para sacarlo de nuestro interior y quizá luego releerlo. Literálika ha sido, innumerables veces, testigo de lo que sucede en el interior de una persona cuando decide desempolvar el sueño secreto de escribir. De ahí nace el 30 de mayo de 2017, la Fundación El mundo escribe, y su misión es promover la escritura como herramienta de vida, desde la infancia y para siempre.

Por Gustavo Lanza Castelli

Comencé a utilizar esta herramienta porque llevaba desde hacía muchísimos años una especie de diario de sueños. Por mi profesión de psicoanalista siempre me interesaron los sueños, y siempre tenía la costumbre de, al despertarme, anotar mis propios sueños y analizarlos. Yo iba llevando una especie de libro, de agenda, durante muchos años; entonces tenía cierta práctica con esto. Pero lo que anotaba era solamente el sueño y las circunstancias del día anterior -muy al estilo de lo que plantea Freud en la “Interpretación de los sueños”-, lo que asociaba con eso, lo que veía en mi análisis.

En el año 2000, tuve una situación personal bastante complicada, y se me ocurrió, empezar a escribir, para ver si me podía aclarar; un poco para aclararme a mí mismo las preguntas que tenía. Tenía una decisión que tomar, muy difícil. Escribí sobre eso, y durante el proceso se me empezaron a ocurrir otros temas; seguía escribiendo sobre otras cosas que me pasaban. Era una escritura absolutamente personal.