19 Ene La perspectiva del tiempo
Por Ángeles Favela
El tiempo es el mar en el que todos estamos inmersos. Presente, pasado y futuro, tres elementos momentáneos, que se suceden uno tras otro.
En la antigüedad, el tiempo según la perspectiva hebrea, era un concepto temporal; en tanto que los griegos destacaban el ser y concebían al tiempo como intemporal.
Los hebreos tenían una idea del tiempo en función del futuro, mientras que los griegos lo consideraban en función del presente. Para los filósofos griegos el tiempo era una forma de presencia.
Luego llegó Isaac Newton afirmando que el tiempo es continuo, homogéneo, ilimitado, de una sola dirección y dimensión.
Los estudiosos del tema se han puesto de acuerdo (por lo menos) en que hay tres formas de concebir el tiempo:
- Como una realidad absoluta
- Como una relación, un orden y
- Como una propiedad (por la duración)
El tiempo no tiene dimensión porque se desvanece. El pensamiento es la verdadera medida del tiempo; el pasado es el recuerdo, el futuro lo que se espera y el presente es ¿atención? El tiempo es subjetivo, arbitrario y a veces convencional. Así como es imposible atraparlo, el tiempo pareciera un ente que se divierte a costa de la humanidad, o que nos observa, o quizá el tiempo es únicamente la idea. Hablar del tiempo es una interrogación tras otra, cientos de teorías de los grandes pensadores.
Mi perspectiva es simple: el tiempo es una paradoja, un ahora que no se puede detener. Pasado es cada segundo anterior, escurriéndose cual gota de agua en la ventana que golpea la lluvia, pero también es aquel recuerdo que permanece intacto en la memoria, luchando por no ser olvidado. Pasado es la página que ha quedado atrás y que quizá solo nosotros podríamos reescribirla, pero nunca vivirla de nuevo como el momento aquel.
Pasado sin uniformidad, días que brillaron, horas pesadas cual rocas muertas, instantes fugaces que no se dejaron atrapar.
Pasado es aquel momento en que dimos un paso al frente o en el que permanecimos firmes en el sitio estoicos ante el huracán, pasado fue huir, afrontar, enfrentar, luchar o fluir.
El futuro estará lleno de lo mismo, pero yo no seré igual, es imposible permanecer intacto si estás viva, es imposible no aprender a ser más fuerte, más dulce, más libre.
Hoy es lo que tengo, una mano cálida para estrechar, una hoja en blanco que sin proponérmelo se llenando de pequeños y grandes pasos, para entrar en el ciclo del ayer, mañana y siempre.
Y ¿por qué tanta algarabía? Lo que importa es lo que hacemos en ese recipiente llamado tiempo.
Y qué hay de ti, ¿cuál es tu perspectiva del tiempo?
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