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Zona Literálika · BLOG

Leer y escribir, esa es la cuestión

Leer y escribir, esa es la cuestión

Por Ángeles Favela

¿Podríamos cuantificar las veces que en estas últimas dos semanas hemos escuchado la palabra coronavirus?

Estamos viviendo tiempos extraños, referido a los esquemas en los que habitualmente el ser humano transita. La muerte y los desastres a lo largo de la historia de la humanidad, se han hecho presentes, pero nos han dado tregua: por lo general mientras unos sufren, otros están en posición de ayudar, y la rueda de la fortuna se ha mantenido siempre girando.

Hoy, estamos juntos en esto. Todos estamos en los dos polos de la balanza. Somos personajes de una historia que envuelve minuto a minuto, al mundo entero.

En este momento todos, en menor o mayor medida e impacto, estamos a cargo de decisiones.

Mantenernos informados es indispensable, pero regular la llave de la información y de la avalancha de voces en las redes sociales, es urgente. Me refiero al ruido que contamina, a los memes, a las quejas, a las burlas, a lo que no te deja, por lo menos, una pizca de paz.

Y de entre lo malo, también surge lo bueno: la humanidad entera se ha volcado, como nunca, para mirarse entre sí. Nos estamos cuidando unos a otros, y eso es extraordinario. La creatividad está por las nubes, y gracias a la tecnología, somos una voz al unísono.

Pero también tenemos tiempo, y dejar que se escurra de entre las manos, sería… Con las veinticuatro horas diarias, además de dormir y actividades básicas e indispensables, ¿qué estamos haciendo?

¿Será posible rescatar el silencio de un par de horas cada uno de estos días? Podríamos aprovecharlo para leernos (dígase mirarnos, reflejarnos) a nosotros mismos dentro de muchas historias. Durante este tiempo, leamos libros que muestren la condición humana en su tono más brillante. Historias de amor, historias de amistad, de viajes, templanza, voluntad, pero sobre todo historias que nos hablen de generosidad.

Comparto algunos títulos que durante estos días han venido a mi mente.

  • El principito, de Antoine de Saint-Exupéry. Un cuento para todos, que nos habla del sentido de la vida, la generosidad, la soledad, y el valor de los amigos.
  • La historia del amor de Nicole Krauss, Leo Gursky, es un cerrajero polaco jubilado que vive en New York. En su mente habita una obsesión: “no morirme un día en que nadie me haya visto”. Una novela que toca el corazón.
  • La elegancia del erizo, de Muriel Barbery, para descubrir la belleza de las pequeñas cosas, la magia de los placeres efímeros. Una historia triste, pero llena de optimismo, que demuestra que se puede sobrevivir gracias a la amistad, al amor y al arte.
  • Diario de una buena vecina de Doris Lessing, es la historia de Janna y Maudie, dos mujeres implacables, a quienes la vida ha reunido, pero que tienen muy poco en común. Una novela estremecedora que, a través de contrastes, mueve conciencias y nos lleva a la reflexión, sin excusas.
  • Historia de dos ciudades, de Charles Dickens, poseedora de uno de los inicios más famosos de la literatura: “Era el mejor de los tiempos y era el peor de los tiempos; la edad de la sabiduría y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada; caminábamos en derechura al cielo y nos extraviábamos por el camino opuesto…”

Es una buena oportunidad para reordenar nuestros estantes de libros, y leer aquellos que habíamos estado posponiendo. Leer, además, habrá de sumergirnos en una riqueza de lenguaje que se verá reflejada en nuestra forma de hablar y también de escribir. Porque en estos días también ¡es momento de escribir!

Leer y escribir, esa es la cuestión. Bajo tristes circunstancias, pero no hay excusas.

hola@literalika.com