10 Nov Noviembre
Por Ángeles Favela
“Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás
a ti mismo, y esa, sólo esa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas”
Pablo Neruda
Cada mes del año me gusta por motivos especiales. Noviembre es encantador por enigmático. La balanza de sus días puede, de un momento a otro, inclinarse hacia cualquier lado. Noviembre lo mismo es para reparar la casa, renovar el guardarropa, que para vaciar un clóset; para renovar lecturas que para regalar los libros que se nos han ido acumulando.
Noviembre parece contener a un mundo a punto de volcarse en la locura de diciembre, intentando mantener la calma y contagiar un poco de silencio a través de sus tardes frías e iluminadas. Noviembre es un mes de transición, ligeramente pintado de nostalgia. Es un mes sin el rigor del invierno ni el calor asfixiante del verano.
Es un mes que se antoja para charlas de café con las amigas, o para largas horas de lectura acompañado de un buen café. En noviembre la cocina huele a pan, la casa tiene un aroma distinto y los días transcurren de una alegría tranquila.
Noviembre tiene un poco de marzo o de abril, es locuaz y es pacífico. Es silencio y es barullo, se nota en el rostro de la gente, en el brillo de los ojos y en el vaivén de las manos mientras uno habla.
El año casi ha terminado y es en este mes cuando la certeza de que no hay marcha atrás, cae frente a nuestros ojos como el telón de un escenario: lo hecho hecho está, y lo que no, habrá de pasar a la lista de propósitos y metas. Pero noviembre es el mes más noble del año, sin protagonismos ni aires de grandeza, pareciera ser el mes más equilibrado. Sin duda, noviembre está lleno de buena voluntad, a pesar del calendario, está dispuesto para ayudar a que todo lo pendiente se realice.
Noviembre es generoso y justiciero: nos devuelve la hora que movió nuestros relojes hace meses, y nos ofrece más temprano el atardecer y la oscuridad de la noche.
Noviembre evoca, nuestros ojos se posan en los rostros de quienes ya no son más que recuerdos, y entre el juego de la calaca y la catrina, ahondamos en la seriedad de la vida: somos mortales.
Noviembre es mesurado, noble, sin los excesos del último tramo del año. Preámbulo de la magia que envuelve al mundo con aromas, luces y pinos. Noviembre, gentileza del tiempo cual columna donde posa la memoria.
Noviembre, mes que deja huella, que repasa, repara, invoca, resuena, sugiere, ofrenda, menciona.
Noviembre ya tocó el timbre, bienvenido.
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